SUFRAGIO FEMENINO


En manos de una ley masculina
La policía de Manchester arresta a una sufragista durante una protesta en la calle, hacia 1905, en pleno apogeo de las acciones en favor del voto femenino. La joven detenida viste la toga que acredita su condición universitaria.


Un parlamento de hombres
La reina Victoria y su esposo, Alberto de Sajonia, con sus nueve hijos
En octubre de 1906, varias militantes de la WSPU fueron arrestadas mientras protestaban en la Casa de los Comunes

La petición de Mary Smith para poder votar se discutió en el marco de la reforma electoral británica aprobada en 1832. En la imagen, la Cámara de los Comunes en 1834. Óleo por George Hayter.

La familia real y el voto femenino
"Dejad que las mujeres sean lo que Dios quiso: una buena compañera para el hombre, pero con deberes y vocaciones totalmente diferentes", escribía la reina Victoria de Inglaterra en 1870. La mujer que estuvo al frente de Gran Bretaña desde los 18 años, entre 1837 y 1901, rechazaba el voto femenino: "Si las mujeres se “despojaran” de sí mismas al reclamar igualdad con los hombres –decía–, se convertirían en los seres más odiosos, paganos y repugnantes, y seguramente perecerían sin protección masculina". La actitud de sus hijas fue diferente, en especial la de Luisa, que se relacionaba con las sufragistas (de forma privada, debido a la posición de su madre) y cuya cuñada lady Frances Balfour fue una prominente sufragista.

El espectáculo debe continuar
Conscientes de la necesidad de llamar la atención de la opinión pública, las tácticas de las sufragistas fueron cada vez más espectaculares. Desde un dirigible, Muriel Matters lanzó miles de proclamas sufragistas sobre Londres. Dos sufragistas se hicieron enviar por correo a Downing Street para presentar una petición al primer ministro. Marion Wallace Dunlop se coló en el Parlamento y grabó en un pasillo un pasaje de la Declaración de Derechos, mientras que Leonora Cohen destruyó la vitrina que contenía las joyas de la Corona en la Torre de Londres. Una de estas acciones tuvo un trágico final: Emily Wilding Davidson murió en 1913 bajo el caballo del rey cuando intentó colgarle una cinta sufragista durante el Derby de Epsom.
Millicent Fawcett, fundadora de la NUWSS, la principal organización sufragista
Fawcett rechazaba las acciones violentas de la organización de E. Pankhurst, la WSPU. Para Fawcett era un error intentar conseguir con la violencia lo que debía basarse "en la creciente conciencia de que nuestra demanda es de justicia y de sentido común".

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